Ayer estuve en una sala de cine, dentro de un grupo de seres humanos. Que alegría estar en una sala de cine llena, junto a un grupo de personas muy diferentes para disfrutar.

En la sala había tanta gente que algunos vieron la película sentados en el suelo, sin que nadie se quejase o viniesen a echarlos por algún tipo de norma de “seguridad”.

Ever Slow Green nos invitó a pasear por los bosques de Auroville y conocer a los seres humanos que han plantado, cuidado y siguen manteniendo esos bosques de una forma común, con una intención común.

Ver la belleza de la naturaleza, en tan solo 50 años un espacio, aparentemente sin vida, se ha transformado en un lugar lleno de seres vivos compartiendo existencia.

Ahora las amenazas se acercan a ese espacio lleno de vida por parte del “progreso”, amenaza en forma de autopista que dañaría de forma clara esta maravilla de la creación.

Un precioso mensaje para que podamos recordar, volver a pasar por el corazón. Ocuparnos de regenerar la naturaleza, que es importante ,como bien explica en su libro un buen amigo Daniel Christian Wahl.

Y ocuparnos de la regeneración de “ser humano”, vivir vomo humano siendo como parte integrante de la Tierra.

Regenerar nuestros corazones con la paz necesaria.
Tiempos de seguir el corazón que siempre nos lleva a la calma.

No sabemos que sucederá, aunque conocemos ahora de nuevo que sucede cuando un grupo de seres humanos se une con una intención común.

Todo es posible junto al Espíritu.

Enhorabuena Christoph,
Enhorabuena Auroville.